El día en que tu visión esté libre del vaivén que producen las olas en el mar de tus pensamientos.
El día en que tus sueños sean tan fuertes como el sol que siempre vence a los grandes nubarrones.
El día en que tus metas sean tan tercas como el carácter del clavo envejecido agarrado a la madera. ESE DÍA SERÁ TU DÍA. Vívelo como si fuera el último aliento de los atletas victoriosos, y bébelo cómo los camellos beben los oasis después de las largas travesías, y el recién nacido, bebe la leche de su madre.
El día en que comprendas que nadie debe decidir por ti, porque es tu derecho, buscar y hace lo mejor para tu vida. Ese día alcanzarás la felicidad, que te brinda la seguridad de saberte dueño de tus pasos; y la alegría de comprender a dónde vas, te dará holgura.
La plenitud te dará confianza, te dará propiedad y te llevará a niveles más altos de comprensión de la vida, la observarás mejor. Y quizás, así cómo has notado que junto a cada hombre existe una gran mujer, comprenderás también, que dentro de cada hombre vive uno más “grandioso”, que permanece atento esperando ser traído a la realidad. ¿Sabias eso? ¿Sabías que hay un poder ilimitado en tu interior? ¿Te gustaría poder utilizarlo? Creo que si. Entonces te apoyaré con esto:
Ante todo, debes decidir liberarle, le has tenido prisionero, entre los barrotes imaginarios, que se construyen con la subjetividad negativa que a veces se manifiesta en la mente. Los temores crean límites, barreras que impiden que el potencial de las personas fluya.
Reconoce que los barrotes que aprisionan tu verdadero poder los construiste tú mismo, pero con los desechos que te tiraron los demás. Te echaron encima inseguridades, angustias, dudas, limitaciones; basura emocional. Y con toda esa basura querían quitarte la fe en ti mismo, y evitar que sepas que eres capaz de ser creativo, entusiasta y feliz. Cuando aceptabas lo que te decían negativamente, creabas un límite mental; un barrote. Así se crearon falsas creencias acerca tu autoestima, de tu seguridad personal. También se crearon otras que alimentaban el temor al rechazo, y te dieron otras más que pretenden robarte tu gran poder interior.
La buena noticia es que todos esos límites impuestos, son virtuales: se pueden eliminar. Además, el material es basura, más fácil todavía. Inclusive hay algo más a tu favor, en tu mente puedes construir lo que quieras. Así que el camino para que tu “verdadero yo” salga, para conquistar tus sueños y darte las satisfacciones que has esperado por años, es totalmente edificable. ¿Y el material para construir el camino? A lo mejor te preguntas por eso. Despreocúpate, porque tu hombre interior lo posee. Ese material está en ti.
Construyendo el camino para que se manifieste tu poder, vas a encontrar otros horizontes, otras directrices para tu vida. Y ese DÍA comenzará el cambio. TU DÍA estará más cerca. Lograrás ver que el espejo te retrata diferente. De pronto te animas a soñar, a cumplir metas, a comprometerte contigo, y a pensar en grande…
El día que te veas reflejado en el otro espejo, en el del alma. ESE DÍA, ES TU DÍA. Es día de darte cuenta quién eres de verdad, de todo lo capaz que eres, de a dónde quieres y puedes llegar. Este es el día cuando la Vida te ha tomado de su mano y te ha mostrado libre. Ha comenzado tu verdadera confianza en ti, desde ese instante y para siempre, ¡ha llegado tu hora!
¿Y por qué? Porque ahora sabes quién eres, dónde estabas, sabes que te has liberado. Que el otro, el que creía que eras, sólo era una máscara creada por “la voz del pueblo”; todo lo que se dice y que se ha dicho negativo en la vida. Que vino en tu padre, en tus familiares, que siguió en tus maestros, en tus amigos… que está por todas partes. Ahora, al romper la máscara, solamente quedas tú. Quién realmente importa y quien eres de verdad.
¿Qué sigue ahora? Tu vida, tus sueños, tus anhelos. El Divino propósito de tu existencia: Eres elixir, eres panacea, eres luz, eres vida. ¡Prepárate! ha llegado tu DÍA, TU MOMENTO. Entras en acción, tu jornada hasta ahora comienza…