¡Sed cómo los ríos! avanza siempre hacia el final…
siempre adelante,
sigue, sigue, sigue…
fluye, llena, nutre, lleva vida en tu interior…
Los ríos marchan cada vez más lejos de sus nacimientos, hacia las metas, hacia su propósito. Los ríos siempre piensan en seguir, su sentimiento es progresar, ellos van creciendo con la distancia y con el tiempo.
¿Has visto cómo los ríos para verter sus aguas sobre sus fuentes deben primero cumplir su misión? ¿Te has dado cuenta que antes tienen que llegar al mar, o a los lagos? Luego el ciclo natural de la evaporación regresa sus aguas en forma de lluvia, y de esta manera vuelvan a llenar los nacimientos. Así comienzan de nuevo otra vez, es como un nuevo inicio cada día.
Los ríos se parecen a los hombres que dejan un legado, a los que permanecen unidos de Dios, de su fuente, de su Creador. Los que permanecen conectados con su origen compartiendo sus talentos a los otros, para que luego sus saberes trasciendan en los demás y logren a futuro dirigir nuevas generaciones.
Ser como los ríos es apasionante, es alimentarse de las circunstancias del medio y lograr canalizarlas para aumentar la grandeza y el poder de transformar sus riveras.
Todos tenemos costados, tenemos orillas, playas…
Tenemos quien dependa de nosotros y tenemos a quién beneficiar, siempre hay árboles, personas que beben de tus aguas.
Sé como los ríos. Eso te reta a purificarte cada día, a cada hora, a cada instante…
El agua tiene la virtud de oxigenarse en el camino. Los golpes, las caídas o cascadas la renuevan. También llena, alimenta y sacia. La naturaleza entera la necesita por igual.
El agua posee la virtud de transformarse en energía, en motor, en movimiento… Además, cuando lo necesita, por alguna circunstancia, toma la forma necesaria para llenar todos los vacíos de su entorno.
Los ríos son un poder vital en marcha constante, de la misma manera que lo es el hombre de propósito y servicio al prójimo. Dios, la Fuente Eterna, fluye en él. Por eso, así como nadie puede servirse de la misma agua dos veces en el mismo río, porque esta fluye continuamente, de igual modo, todo aquel que busca al hombre de favor y de ayuda, le encuentra así, siempre en renovación continua.
Los ríos viven en constante cambio, esa es su esencia. Crean sus propios caminos, sus propios cauces, con más fuerza cada vez. Así son los líderes genuinos, los que inspiran, los que apoyan. Los que un día decidieron que seguir adelante siempre, es honrar su propia naturaleza. Los que su fortaleza se engrandece cada vez que se impulsan más allá…
Creced, creced, creced, hasta inundarlo todo. Lleva contigo lo que está en tu entorno, modifícalo y adáptalo a tu camino. Así como los ríos que van sin vuelta atrás, y que cuando encuentran obstáculos los rodean, los sobrepasan o los rompen.
Como los ríos:
carácter indomable,
incontenibles.
Perseverantes,
constantes,
rebosantes.
A veces en reposo, cristalinos, puros…
A veces con fuerza, en movimiento, en acción.
Conservando siempre su misma naturaleza.
¡Qué bueno ser como los ríos! siempre en misión continua…