Cada cosa que hagas hoy forma parte de tu mañana, tu futuro es como un gran edificio al cual en cada momento le colocas un ladrillo. Tu futuro se construye a cada instante, y para que quede bien se debe construir continuamente.
Tus ideas y tus acciones son los bloques, tu actitud es como la mano de obra necesaria para terminarlo. Y claro, se necesita pegamento: el tiempo. Sin él todo estaría presto a derrumbarse.
Todo necesita tiempo en la vida, por eso debes apreciarlo y utilizarlo bien. Cuando se marcha, se marcha sin regreso y se lleva consigo las oportunidades. Y, por otro lado, casi siempre deja vacíos y frustraciones. Por eso tus días deben estar siempre en modo creatividad e iniciativa, porque llegaron sin botón de reinicio; y eso es lo mejor que tienen. Porque te impulsan siempre en cada segundo a presentar la mejor versión de ti.
Atreverse a ir más allá de las posibilidades es crear, es construir, es trascender…
El panadero trasciende con cada bocado de pan que se te convierte en vida, el médico encuentra su sentido en cada medicina que calma tus dolencias. El mecánico tuvo que tener iniciativa al reparar tu carro para que pudieras seguir avanzando. En fin, todos aportamos, todos creamos y resolvemos circunstancias; todos somos necesarios.
Tu propósito mayor siempre está en el futuro, por eso debieras acercarte a él en el ejercicio de hacer bien las cosas cada día. Y al mantenerte así, en algún momento todos tus sueños se te materializarán. Y, sin embargo, mientras te quede aliento te encontrarás de nuevo con deseos de seguir soñando, porque el objetivo intrínseco en cada ser humano es trascender. Y eso se logra con el sentimiento continuo de saber que hoy se hizo lo suficiente, y que para mañana sólo quedará el tiempo del gozo y de la satisfacción por todo lo que se pudo construir.
Hoy más que ayer, y mañana más que hoy. Es simple, pero necesario…
Autor: Alfonso Acero Vega
Fecha de Publicación: 15/02/2018
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